
Hincha de Racing querido
pasional y consecuente,
perpetuaste en tu alma
el más puro y fiel amor
con un caudal de locura
y una pizca de razón.
Al llegar cada Domingo
vos dejas tu vida entera,
ondulando en mil banderas
tu alegría y tu adicción.
Sólo entiende tu locura
quien comparte la tribuna
alentando con coraje
como sólo lo haces vos,
sin cordura y sin descanso
en el triunfo y el revés
ocurrente y orgulloso
siempre al grito de ... acadé.
“Raro bicho” en estos días
de lealtades pasajeras,
¿quien defiende a sus colores
con tu “enferma” devoción?
no se “quiebra” tu confianza
y mucho menos la esperanza
de que pronto nuevamente
llegue el día en que tu gente
toque el cielo con las manos
cuando Racing sea campeón.
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